sábado, 31 de agosto de 2013

¡Fiesta!


Yo soy medio varonera, eso está claro, se dijo y enfiló para el baño para no volver con la reunión pelotuda en la que se había encaramado la platea femenina, tirándose de los pelos, desentrañando los sentimientos de un malón de basicones que lo único que querían era portarse mal en el patio y volver a la camita con un cuento. Vomitó el traguito de fernet que había maltomado por hacerse la popular y regreso a la fiesta con cara de haber estado en el Polo Norte. 
Lo único que le quedaba en el bolsillo era fumarse un porro con la persona equivocada y bancarse la perorata trasnochada de los que no están acostumbrados a pensar en sí mismos.

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