jueves, 3 de octubre de 2013

Pajarrajo!


Hoy en la esquina de 25 de Mayo y Alem, en el soleado barrio de Dock Sud, veía a dos palomitas jugando el juego eterno. La más linda. corría como en rollers (como dice Lian), y la otra, ansiosa, arrastraba sus plumitas, desesperada, tropezando con cada piedrita que el destino le ponía, caprichosamente, en el camino. Correr detrás de algo o sentirse perseguido? He aquí el quid de las palomas. Cuando salgo de algún lugar que no es mío, no cierro la puerta, pero apuro el paso, y por las dudas, me doy vuelta en la esquina, asegurándome de que a nadie se le haya ocurrido la pelotuda idea de seguirme...

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